Asumió Lula y aseguró gobernar para todos en medio de una grieta en Brasil

En un país dividido políticamente, Lula Da Silva asumió la presidencia donde aseguró gobernar para los 215 millones de brasileños, sin embargo hizo críticas a Jair Bolsonaro.

Mundo 02/01/2023
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Luis Inácio Lula da Silva asumió ayer por tercera vez la presidencia de Brasil, donde se comprometió a "gobernar para los 215 millones" de brasileños en medio de una grieta que sacude al país, entre quienes lo apoyan y quienes siguen al ex presidente Jair Bolsonaro, que hasta el día de hoy llevan manifestaciones en las calles rechazando la victoria del partido izquierdistas en las elecciones presidenciales.

Lula asumió la presidencia en el Palacio del Planalto, y luego de que el presidente saliente, Jair Bolsonaro, abandonara el país para no entregarle en persona los atributos del mando.

Tampoco el vicepresidente saliente, Hamilton Mourao, quiso colocarle la banda presidencial a Lula, luego de que hasta hoy el único presidente que no había entregado la banda a su sucesor era el dictador João Figueiredo, que se negó a participar de la asunción de José Sarney, en 1985.

Ante la deserción de Bolsonaro y Mourao, Aline Sousa, una mujer negra de 33 años, fue la encargada de cruzarle el símbolo presidencial -una tradición instituida desde 1910- acompañada por el cacique Raoni Metuktire, de 90 años, líder del pueblo Kayapó; además de un metalúrgico, un profesor, una cocinera, un hombre con parálisis cerebral, un artesano y un niño.

A un costado, la flamante primera dama, Rosángela da Silva, Janja, a quién adjudican la idea, miraba la escena emocionada.

Tal como lo había dicho más temprano ante el Congreso, Lula da Silva le dijo a los 40.000 manifestantes que la seguridad permitió ingresar a la explanada del Planalto que se propone "reconstruir el país" tras el "proceso de destrucción nacional" que ejecutó su antecesor, defendió a la democracia como la gran victoriosa en las elecciones e hizo un diagnóstico "aterrador" sobre la herencia recibida en términos de políticas públicas.

En el discurso en la Cámara de Diputados ante la Asamblea Legislativa e invitados extranjeros, entre ellos el presidente argentino, Alberto Fernández, Lula se lamentó por la destrucción de las políticas públicas y sobre todo por el modelo económico aplicado por su antecesor, que derivó en el regreso del hambre.

"Dilapidaron empresas estatales y bancos públicos; se entregó el patrimonio nacional. Los recursos del país fueron saqueados para satisfacer la estupidez de los rentistas y accionistas privados de las empresas públicas. Es sobre estas terribles ruinas que asumo el compromiso, junto con el pueblo brasileño, de reconstruir el país y hacer de nuevo un Brasil de todos y para todos", aseguró el líder del PT, que ya había sido presidente entre 2003 y 2010.

A pesar de las críticas a su antecesor Bolsonaro, el presidente afirmó que no adoptaría un "ánimo de venganza" frente al bolsonarismo sino que su propósito es aplicar la ley con amplio derecho de defensa.

Lula acusó al gobierno de Bolsonaro de haber cometido un "genocidio" con el "oscurantismo y el negacionismo" aplicado en las políticas de salud para enfrentar la pandemia, que dejó casi 700.000 muertos.

En el discurso de investidura, Lula enfatizó que su prioridad en política externa será Latinoamérica, el Mercosur, la Unasur, los Brics y una relación "activa y altiva" con sus principales socios comerciales extrarregionales, como China, Estados Unidos y la Unión Europea.

Luego, en el saludo a las delegaciones extranjeras, Lula se preocupó por sumar al presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, a la foto que estaba a punto de sacarse junto a los expresidentes José Mujica y Julio María Sanguinetti. El mandatario Uruguayo ha tenido posturas recientes que marcan su desacuerdo con el Mercosur.

Con información de Télam

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