AUDIOS 24 | Una vecina denunció una brutal agresión policial tras reclamar por la usurpación de su vivienda en Ushuaia

La mujer asegura que fue golpeada y reducida violentamente por al menos nueve policías dentro de su propio departamento en el cual se había hecho presente porque su inquilina se lo usurpó. “Pensé que me mataban”, afirmó la vecina de delicado estado de salud producto de operaciones.

Tierra del Fuego02/12/2025

Nancy Cuellar, vecina de Ushuaia y titular de un departamento del barrio Monte Gallinero, denunció que fue víctima de una violenta agresión policial cuando acudió a recuperar su vivienda, presuntamente usurpada por una mujer a la que había alquilado el lugar para afrontar gastos médicos.

Según relató, el hecho ocurrió el 27 de noviembre, un día antes de su cumpleaños. Cuellar explicó que había alquilado su departamento para costear estudios y tratamientos vinculados a sus problemas de salud —asegura haber atravesado 13 cirugías de intestino—, pero la inquilina dejó de pagar el alquiler y desapareció. “Pagó un mes nada más y ya lleva tres viviendo ahí. No paga impuestos y no respondía mensajes ni a mí ni a mi hermano”, afirmó en diálogo con el periodista Angel Fretes, en el programa "El Angel de la Radio" por FM Monumental.

“Llamé a la policía para pedir protección y terminé golpeada”
La mujer sostuvo que viajó a su vivienda, rompió una ventana y colocó una cadena en la abertura para evitar que la acusaran de robo y resguardar sus pertenencias. En ese momento, llamó a la policía para pedir asistencia ante el temor de que allegados de la inquilina quisieran desalojarla por la fuerza.

“Ellos no llamaron a la policía. La llamé yo para que me protejan. Pero terminé rodeada por varios efectivos, que primero fueron amables y después empezaron a tomar decisiones raras”, dijo.

Cuellar aseguró que en el interior del departamento cuatro policías la sujetaron del cuello, la redujeron en el piso y comenzaron a golpearla. “Pensé que me mataban. Me pegaron entre nueve policías, hombres y mujeres. Me exhibieron el pecho, me metieron la mano en la vagina para darme vuelta y me pusieron esposas mientras me seguían golpeando”, denunció.

Aseguró además que nunca le mostraron una orden judicial: “Todo fue verbal. No firmé nada. No me enseñaron ningún papel”. Según su relato, un efectivo le dijo que existía una orden del Juzgado N°2 para usar la fuerza pública y que “si me tenían que hacer requete cagada, lo iban a hacer”.

Asegura que intentaron trasladarla a Salud Mental
Cuellar relató que fue sacada del departamento y subida a un patrullero en el suelo del móvil. Durante el traslado, según dijo, le informaron que sería internada en Salud Mental. “Me decían que mi hijo había dicho que yo estaba desquiciada. Yo estaba gritando por el dolor”, indicó.

Finalmente fue llevada a la puerta del Hospital Regional, donde se encontró con su hermano. “Él empezó a gritar que era ilegal. La policía que me había golpeado desapareció enseguida”, expresó.

Luego se trasladó por sus propios medios a la Comisaría Segunda, donde —según denuncia— no le hicieron examen físico ni tomografías. “Taparon los golpes”, señaló.

La denuncia penal y la situación actual
Cuellar logró presentar una denuncia en la Fiscalía por apremios ilegales. Dijo que la policía inicialmente se negó a tomarle testimonio y que el trámite en Fiscalía también fue complejo. “No quería que me cambiaran las palabras. Puse todo tal como lo viví”, aseguró.

También denunció la usurpación de su departamento y afirma que posee documentación del IPV que acredita la titularidad de la vivienda. Por el momento, no cuenta con abogado. “Es difícil irse contra el Estado”, lamentó.

La mujer sostiene que la restricción de acercamiento a su vivienda fue solo verbal y que nunca recibió una notificación formal. Asegura que no puede regresar a su propiedad y que teme tanto por su integridad como por el avance de sus tratamientos médicos: “No sé qué hacer de mi vida. No sé cómo va a seguir mi tratamiento”.

Cuellar insiste en que su estado de salud la pone en situación de extrema vulnerabilidad. “Tengo neuropatía, tengo 13 operaciones. No puedo hacer fuerza. Cuando vi que se me tiraban encima pensé que me rompían la panza”, relató.

Asegura que, desde el ataque, continúa con dolor, inflamación y episodios de mareos, pero no pudo pagarse estudios privados. “No tenía ni para un remis. Todo es caro”, dijo.

Mientras tanto, la familia denunciada por usurpación seguiría habitando el departamento, aunque —según Cuellar— habrían pasado la noche anterior fuera del lugar que alquilan con una inmobiliaria.

La mujer concluyó: “Tengo miedo. Miedo de la policía y miedo de la gente que esta chica llama para lincharme. Solo quiero recuperar mi casa y poder seguir con mis tratamientos”.

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La mujer compartió una imagen escrachando a la inquilina 

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