Schiavini sobre salmoneras: “Hablar de miles de millones de dólares para Tierra del Fuego es un engaño”

El investigador del CADIC-CONICET advirtió que la salmonicultura en aguas fueguinas es económicamente inviable, ambientalmente riesgosa y utilizada como herramienta de manipulación política y comunicacional.

Tierra del Fuego19/08/2025
salmoneras

El debate por la posible modificación de la Ley provincial 1355, que prohíbe la salmonicultura en Tierra del Fuego, volvió a encenderse en la Legislatura y en la comunidad fueguina. En ese marco, especialistas, organizaciones y vecinos participaron de un conversatorio titulado “La defensa del mar”, realizado en el Centro Cultural Actuar, donde se discutieron los riesgos de habilitar esta industria en aguas locales.

Uno de los expositores fue Adrián Schiavini, doctor en Ciencias Biológicas e investigador del CADIC-CONICET, quien desestimó las promesas de grandes inversiones y generación de empleo que acompañan a la iniciativa. “Hablar de miles de millones de dólares de ingreso para Tierra del Fuego es, en este contexto, un engaño”, sostuvo.

Información manipulada
El científico explicó que gran parte de la discusión pública se está alimentando con datos falsos o descontextualizados. Mencionó, por ejemplo, el reciente uso del informe SOFIA de la FAO como supuesto respaldo de la salmonicultura en la provincia. “Ese documento no menciona a Tierra del Fuego ni aporta cifras sobre generación de empleo local. Se está utilizando el prestigio de la ONU para legitimar una actividad altamente cuestionada”, afirmó.

“En esta época de redes sociales, las noticias falsas se utilizan para confundir y generar falsas expectativas”, remarcó.

“Tierra del Fuego no puede ser Chile”


Uno de los principales argumentos de quienes impulsan la salmonicultura es replicar el modelo chileno, que exporta más de 6.000 millones de dólares anuales. Para Schiavini, esa comparación es falaz: “Chile tiene 20.000 kilómetros de fiordos, bahías y caletas protegidas. Nosotros apenas 400 kilómetros utilizables. Algunos políticos parece que se ratearon de la clase de matemática: es una simple regla de tres. Pretender que con nuestras aguas se va a replicar la escala chilena es mentirle a la gente”.

Recordó además que gran parte de la costa fueguina se encuentra bajo régimen de protección, como Península Mitre e Isla de los Estados, donde está prohibida la introducción de especies exóticas. “Ya sufrimos las consecuencias de especies introducidas como el castor o el visón, que alteraron ecosistemas enteros y generaron costos ambientales incalculables”, advirtió.

1- Conversatorio La defensa del mar

Costos imposibles
El investigador también señaló la inviabilidad económica de instalar salmoneras en mar abierto. Según explicó, las condiciones apropiadas para criar salmón obligarían a ubicar las jaulas a más de 50 kilómetros de la costa, con una logística y un nivel de inversión comparables a la industria petrolera.

“Se puede hacer, claro, pero el producto resultante sería carísimo e imposible de competir con el salmón chileno. Todo lo que se promete en términos de divisas y empleo carece de sustento”, remarcó.

Riesgos ambientales
Además de lo económico, Schiavini alertó sobre los riesgos ecológicos: acumulación de desechos orgánicos, uso intensivo de antibióticos, atracción de depredadores como lobos marinos y orcas, y la posibilidad de escapes de salmones que compitan con especies nativas.

En el caso de instalarse en la costa atlántica, advirtió que las corrientes marinas arrastrarían la contaminación hacia Península Mitre, una de las áreas naturales más frágiles y valiosas de la provincia.

Una estrategia de presión
El investigador también puso la lupa en un riesgo político y legal: que se habilite primero una versión acotada del proyecto para luego, bajo el argumento de inversiones ya realizadas y empleos creados, presionar por el traslado a lagos y lagunas interiores.

Ese mecanismo, conocido como “sobre-capitalización”, ya se utilizó en la pesquería de merluza en los años 90, con resultados desastrosos. “Yo invierto en capital y empleo gente, y después presiono al administrador de turno: si no me dejan expandirme, todos esos puestos se pierden”, explicó.

Una decisión en debate
Actualmente, en la Legislatura ingresaron tres proyectos: dos impulsados por La Libertad Avanza y uno por el Poder Ejecutivo. Los primeros fueron descartados, quedando en discusión la propuesta oficial.

Para Schiavini, detrás de este impulso hay intereses vinculados al Fondo para la Ampliación de la Matriz Productiva Fueguina (FAMP), que permite a empresas reinvertir parte de sus aportes en nuevos rubros. “Ese esquema abre la puerta a que capitales ya instalados en la isla intenten diversificar hacia la salmonicultura, pese a que es ambientalmente destructiva y económicamente inviable en nuestro territorio”, concluyó.

Con información de Agencia El Rompehielos 

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