Desde el Ártico hacia la Antártida por una ley que proteja los océanos

Dos barcos de Greenpeace llegaron a Ushuaia en el marco de una campaña oceánica para pedir por una ley internacional que proteja a los océanos de la pesca indiscriminada, el plástico y otras amenazas.

Locales16/02/2020

Dos barcos, el “Esperanza” y “Arctic Sunrise” de la organización no gubernamental Greenpeace, llegaron a Ushuaia en el marco de la travesía que recorrió el Océano Atlántico desde Ártico y hacia la Antártida para mostrar cómo las empresas arrasan con la pesca las zonas no protegidas, el plástico en las aguas y otras amenazas que sufre el ecosistema marino.

Ushuaia 24 pudo recorrer las instalaciones del barco Esperanza y saber cómo trabajan los activistas que buscan una Ley internacional en Organización de las Naciones Unidas (ONU) para que los países miembros protejan y sancionen a quienes realizan actividades en contra del medio ambiente, como así también el impulso de la creación de santuarios marinos.

Estefanía González, coordinadora de Greenpeace y defensora del medio ambiente, explicó a esta medio que “esta campaña busca mostrar cuales son todas las amenazas que hay en el océano, en todas las zonas que no están reguladas por los países. Hoy día, dos tercios de los océanos están en aguas internacionales y terminan siendo aguas de nadie, como el 'far west' y lo que busca esta campaña con esta expedición que partió en abril de 2019, es ver qué está pasando en los océanos, entonces estamos mostrando la sobrepesca, la contaminación por plásticos, las amenazas que hay por minería submarina y poder mostrar cómo se puede proteger con un tratado global de los océanos creando grandes santuarios marinos”.

Respecto a la situación en la Antártida, la activista advirtió que “hoy día los pingüinos están en situación vulnerable, porque en un contexto de cambio climático las condiciones de los ecosistemas para que puedan acceder, por ejemplo, a los alimentos son cada mas difíciles. El problema es que los permisos de pesca que se dieron años atrás, no contaban con los impactos del cambio climático; a un pingüino que ya en invierno que se le hace difícil acceder a los alimentos, no lo podemos hacer competir por el krill, que es la base de toda la cadena alimenticia en la Antártida, con un barco pesquero. Necesitamos avanzar en la creación de santuarios marinos”.

En los últimos días también se conoció el aumento de las temperaturas en la Antártida, lo que genera un alarma mundial; bases antárticas sin hielo y nieve y despredimiento de grandes masas de hielo obligan a las organizaciones a redoblar los esfuerzos.

Barco Esperanza

El buque, de la Unión Soviética, es el más grande de la organización. Fue puesto en el mar en 1984 y en el 2002 fue otorgado a Greenpeace. Se abastece de combustible, pero quedará fuera de funciones en dos años o tres para su reacondicionamiento, para el cuidado del medio ambiente, o fuera de servicio. Cuenta con 2 motores Sulzer V12 y puede transportar 1 helicóptero ligero.

Barco 900
B4
B3
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Fotos: Ushuaia 24



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