Equipo a bordo del ARA “Almirante Irízar” investiga la presencia de microplásticos en la Antártida

Durante la Campaña Antártica de Verano, el equipo realiza muestreos en diversas áreas del océano, desde el Río de la Plata hasta las aguas circundantes a la Antártida y busca conocer la situación en el mar.

Locales16/12/2024
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En el marco de la Campaña Antártica de Verano 2024/25 (CAV), un equipo de investigadores se encuentra llevando a cabo un estudio sobre la presencia de microplásticos en la Antártida, a bordo del rompehielos ARA “Almirante Irízar”. Este estudio es parte de un proyecto global que busca monitorear la contaminación por microplásticos en el continente más remoto y frágil del planeta, un problema ambiental que ha cobrado gran relevancia a nivel mundial.

El equipo está liderado por Emiliano Hines, Licenciado en Biología y becado doctoral del CONICET, quien forma parte del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras. Junto a él trabajan Lucas Cammillieri, de la Dirección Nacional del Antártico, y Nahuel Ravina, de la Administración de Parques Nacionales. El proyecto se enmarca dentro de la red REMARCO, que articula con el Instituto Antártico Argentino (IAA) y la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), y recibe apoyo a través del proyecto Nutec Plastic.

Durante la Campaña Antártica de Verano, el equipo realiza muestreos en diversas áreas del océano, desde el Río de la Plata hasta las aguas circundantes a la Antártida, incluyendo el Mar de la Flota, el Mar de Bellingshausen y el Mar de Weddell. Además, se concentran en las Áreas Marinas Protegidas Yaganes y Namuncurá-Banco Burdwood. Las muestras se toman en diversas fases: partículas atmosféricas mediante filtros, agua de mar cada 100 millas náuticas y, aprovechando las escalas en las bases antárticas, sedimentos y agua de las costas.

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El proyecto comenzó en la CAV 23/24, enfocándose inicialmente en la recolección de muestras de agua de mar. Sin embargo, debido a los resultados obtenidos, se amplió a estudios sobre sedimentos y la atmósfera. En la campaña pasada, se recolectaron 84 puntos de muestreo, cuyos datos fueron enviados a los laboratorios del OIEA en Mónaco, donde se identificaron diversas abundancias de microplásticos, especialmente polipropileno, el plástico más producido en el mundo, utilizado en cañerías, bolsas plásticas y artes de pesca.

Hines destacó que, contrariamente a lo que se pensaba anteriormente, la corriente circumpolar no actúa como una barrera protectora para la Antártida. En los últimos años, los datos sobre la presencia de microplásticos han revelado que estas partículas pueden desplazarse atmosféricamente, lo que las lleva a regiones remotas y prístinas como la Antártida y el Ártico. Este descubrimiento ha despertado el interés internacional y, en 2019, durante las reuniones del Tratado Antártico, se solicitó a los países miembros que comenzaran a investigar la abundancia de microplásticos en el continente blanco.

Los resultados de este estudio permitirán actualizar los protocolos de protección ambiental en la Antártida, incluyendo la mejora de los tratamientos de agua y la implementación de medidas más estrictas para evitar los vertidos de contaminantes, lo que constituye un paso fundamental hacia la preservación del entorno antártico.

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