Aves de distintos continentes comparten un mismo llamado de alerta aprendido ante parásitos de cría

Más de 20 especies separadas por miles de kilómetros y millones de años de evolución emiten una vocalización casi idéntica para advertir sobre amenazas.

Tenés que saber11/10/2025
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Un equipo internacional de investigadores, liderado por la Universidad de Cornell y la Estación Biológica de Doñana (España), descubrió que más de 20 especies de aves distribuidas en cuatro continentes comparten una misma señal vocal —un llamado quejumbroso o de “gimoteo”— para advertir la presencia de parásitos de cría como los cucos, que depositan sus huevos en nidos ajenos y comprometen la supervivencia de los polluelos legítimos.

Publicado en la prestigiosa revista Nature Ecology and Evolution, el estudio representa el primer ejemplo conocido de una vocalización animal aprendida a partir de una respuesta innata, compartida por múltiples especies. Esta revelación desafía las barreras tradicionales entre comunicación animal y lenguaje humano, y abre nuevas hipótesis sobre la evolución del lenguaje.

“El llamado quejumbroso está transformando los patrones de comportamiento cooperativo entre aves de todo el mundo”, explicó James Kennerley, uno de los autores principales del estudio.

Una alerta común en ecosistemas complejos
El fenómeno ocurre en regiones donde el parasitismo de cría es frecuente y donde la cooperación entre aves resulta crucial. Al escuchar la señal, otras aves —aunque no pertenezcan a la misma especie— responden instintivamente, lo que permite una defensa coordinada de los nidos.

Según los investigadores, las aves aprenden socialmente el contexto adecuado para usar el llamado. Es decir, aunque el sonido activa una reacción innata, su uso se ajusta y refuerza por observación del entorno y de otras aves. Este mecanismo se conoce como transmisión social vocal.

“Es un punto intermedio entre vocalizaciones instintivas y palabras humanas completamente aprendidas”, detalló William Feeney, codirector del estudio. Damián Blasi, lingüista de la Universidad Pompeu Fabra, agregó que esto ofrece una nueva visión sobre cómo el lenguaje humano podría haber evolucionado mediante la combinación progresiva de señales innatas y aprendidas, tal como lo anticipó Charles Darwin.

Implicancias evolutivas
El hallazgo sugiere que, bajo presiones ecológicas comunes —como el parasitismo de cría—, diferentes especies pueden converger en una misma estrategia vocal, aun sin haber tenido contacto entre sí. Esto subraya cómo la evolución moldea sistemas complejos de comunicación para promover la cooperación en contextos de amenaza.

“Es como observar, en tiempo real, cómo la evolución permite asignar significados aprendidos a sonidos heredados”, concluyó Feeney.

Este llamado común se convierte, así, en una suerte de lenguaje universal de defensa entre aves, y redefine los límites del aprendizaje vocal en el reino animal.

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